Every morning in Zihua, down on the beach, dozens of wooden boats slide up onto the sand, heavy with fresh fish. Before long, the fish market comes to life in the early sunlight. Ice buckets emptying, the calls of the fishmongers, people laughing. Local chefs, taco stands, and families alike come down, all milling among the boats to gather their daily catch.
For us in Zihua, it´s a timeless ritual – simply part of living here. But for visitors, the fish market is an essential local experience. This is the real town, unpolished. Friendly, warm and real, it´s a Mexico that few visitors get to see.
Cada mañana en Zihuatanejo, a orilla de la playa, docenas de “lanchas” de madera se deslizan sobre la arena, cargadas de pescado fresco. En poco tiempo, el mercado de pescado cobravida duranteprimeros rayos del sol. Las llamadas de los vendedores de pescado, personas riendo, Chefs locales, puestos de tacos, y familias enteras bajan por igual.
Para nosotros los habitantes, todo esto, es un ritual atemporal - simplemente es parte de la vida diaria. Pero para los visitantes, el mercado de pescado es una experiencia esencial. Zihuatanejo es una maravilla, un lugar, sin pulir, acogedor, cálido y real, es una parte deMéxico que pocos llegan a conocer.